Próxima a cumplir 63 años, y luego de una vida laboral activa de cerca de 40 años, Silvia Helena Ortiz Rebolledo aún deambula por el camino dificultoso que recorren los que se quieren pensionar, pero tienen de por medio una demanda.
Como tantos afiliados al antiguo Instituto de Seguros Sociales (ISS), en el momento en que apareció la opción de un cambio hacia los fondos privados de pensiones, Silvia decidió trasladarse. Primero pasó a Colfondos porque, con las cuentas que le mostraban, parecía hacer rendir más la plata una vez decidiera jubilarse. Poco tiempo después pudo constatar que no sería así. Fue entonces cuando decidió saltar a Old Mutual, persiguiendo el mismo fin: una mejor pensión.
Sin embargo, la ilusión también se le desmoronó. Intentó el traslado hacia Colpensiones, donde le negaron la solicitud, pues ya estaba fuera del tiempo reglamentario: 10 años antes de cumplir la edad de jubilación. “Entre ires y venires, encontré abogados que me dijeron: ‘Podemos demandar’. Y así lo hizo. Era el mes de abril del 2016. La acción jurídica radicada fue interpuesta por partida triple: contra Colpensiones, Old Mutual y Colfondos, porque “el daño fue global”.
“El engaño de las aseguradoras privadas, que no fueron claras. Ofrecían lo que no era. Y a Colpensiones, por la omisión de la información”
Los argumentos son parecidos a los de la mayoría de demandantes en materia pensional: “El engaño de las aseguradoras privadas, que no fueron claras. Ofrecían lo que no era. Y a Colpensiones, por la omisión de la información”.
En el expediente del caso reposa como pretensión de la demanda, “declarar la nulidad de la afiliación, afiliar nuevamente en el régimen de prima media con prestación definida, reconocer y pagar intereses…”.
Desde su perspectiva, “en los tiempos del ISS la entidad tenía tan mala fama… Los asesores no aparecían, y cuando lo hacían no eran claros con lo que decían”.
Más de 37 actuaciones hacen parte del historial que tiene la demanda, la cual fue fallada en primera instancia por el Juzgado Laboral del Circuito de Bogotá. La petición era que la pasaran de nuevo a Colpensiones, entidad que heredó la seguridad social del país que manejó el ISS. “Ni Old Mutual ni Colfondos apelaron. Entre tanto, Colpensiones sí lo hizo, alegando que la historia laboral no registraba el tiempo completo”.
En mayo de 2018, tras la acción de los abogados, que recopilaron pruebas y la documentación solicitada, de nuevo fallaron a favor de Silvia (segunda instancia).
El camino para retirarse a disfrutar de la jubilación parecía despejado. El fallo le ordenaba a Old Mutual que le entregara la plata ahorrada por ella como cotizante a Colpensiones.Semanas cotizadas sin cargar
“A principios del 2019 se envía el formulario establecido para la expedición de la resolución de pensión, pero Colpensiones empieza a trancar el proceso”.
El argumento, de nuevo, era que el cargue de las semanas cotizadas por Silvia no estaba completo.
De nuevo intervienen los abogados y presentan un recurso para subsanar la nueva dificultad.
En la entidad de las pensiones públicas volvía y aparecía solo la mitad de las semanas cotizadas en Old Mutual, lo que otra vez lleva a la necesidad de una tutela para revisar las razones de la información incompleta. “Old Mutual, con todos los argumentos, señala que ha trasladado la totalidad de la información laboral”.
Concluyó así el 2019 y llegó el 2020, año en el que la mujer, ya con 62 años, y deseando concluir todo ese recorrido tortuoso para recibir la pensión, volvió a pedir la resolución de jubilación.
“Tenía derecho al régimen de transición, en el que el porcentaje de la asignación pensional es mayor, pero me lo negaron. Después de la dificultad para el cargue de semanas cotizadas, decidí renunciar a pelear por probar que sí tenía derecho al régimen de transición. Con tanta fatiga ya, decidí aceptar la pensión por el régimen común. En febrero, cuando pensé que ya todo concluiría, de nuevo me dicen que faltan 10 meses para completar las 1.300 semanas que se requieren en Colpensiones”.
La llegada de la pandemia se interpuso en el curso de los reclamos que han rodeado el derecho de Silvia Ortiz a acceder a una pensión a los ya casi 63 años. “La última respuesta obtenida en junio, aunque en el expediente reposan las pruebas de todas las empresas y el lleno de los requisitos, es que no registra un solo pago de mis cotizaciones hechas con uno de mis empleadores. ¿Y ahora qué más?”.