El ex candidato presidencial y exalcalde de Bucaramanga Rodolfo Hernández falleció el 2 de septiembre tras una dura batalla contra el cáncer. A lo largo de su vida, tanto en su faceta empresarial como en su incursión en la política, contó con el incondicional apoyo de su esposa, Socorro Oliveros, que estuvo a su lado hasta el último momento.

Nacida en Bucaramanga, Socorro Oliveros, de 73 años, proviene de una familia numerosa, siendo la tercera de nueve hermanos. A lo largo de 52 años de matrimonio con Hernández, Oliveros no solo fue su compañera de vida, sino también su aliada en los negocios y en la política. Juntos tuvieron cuatro hijos, dos biológicos y dos adoptados [Mauricio, Juliana, Luis Carlos y Rodolfo José] formando una familia que se mantuvo unida en todo momento.

Oliveros es diseñadora de interiores de profesión y ha estado al frente de la administración de la empresa familiar, HG Constructora, una compañía con más de cinco décadas de tradición en el sector de la construcción.

Su rol como gerente administrativa ha sido fundamental para el crecimiento y la estabilidad de la empresa, según lo han reconocido, pero a pesar de su importancia en el ámbito empresarial, Socorro siempre optó por mantenerse alejada de los reflectores.

Es por esto que durante el tiempo en el que Rodolfo Hernández estuvo desempeñando su cargo como alcalde de Bucaramanga y, posteriormente, en su candidatura presidencial, Socorro Oliveros decidió mantener un perfil bajo, limitando sus apariciones públicas y evitando que su nombre se vinculara con las actividades políticas de su esposo.

De hecho, para identificarla, en una entrevista con el periodista Óscar Lizcano aseguró que prefería que usarán el título de “ama de casa” o “esposa del alcalde” para referirse a ella.

La noticia del fallecimiento de Rodolfo Hernández marca el fin de una era para Socorro Oliveros, que estuvo al lado del ingeniero en cada uno de sus proyectos y desafíos. Su papel, aunque silencioso, fue vital en la vida y carrera de quien llegó a ser una figura influyente en la política colombiana. Ahora, Socorro enfrenta una nueva etapa en su vida, recordando al hombre con quien compartió más de medio siglo de historia y al que apoyó incondicionalmente hasta su último aliento.

Pues aunque estuvo en desacuerdo con la decisión que tomó Rodolfo en vida de meterse en la política, porque a ella no le gusta demasiado, siempre aseguró que iba a ser la compañera fiel y mano derecha del excandidato presidencial, pues es un papel que asumió desde hace más de 50 años, “cuando le dije sí a Rodolfo en el altar”, dijo Oliveros al diario El País de Cali.

Para la temporada de las elecciones presidenciales, en las que estuvo postulado Rodolfo, se hicieron varias consultas y entrevistas con el objetivo de conocer más detalles sobre la esposa del fallecido político, pero también de su historia de amor.

En su momento, fuentes consultadas por el diario El Colombiano describieron a Socorro Oliveros como una “mujer meticulosa, muy organizada, capaz de optimizar el dinero y con el típico carácter santandereano”. Estas características fueron las que cautivaron a Hernández.

Según dijo el excalcalde de Bucaramanga en una conversación con El Tiempo, todo comenzó luego de que ambos coincidieran en un paseo con amigos y desde que la conoció, el amor entre los dos floreció como en una película.

“Resulta que yo trabajaba en el departamento de Santander y ella tenía un amigo que se llamaba Jairo Camargo Buitrago. Un día dijimos: ‘Hola, vamos de paseo a Piedecuesta’. Fuimos a un pozo que estaba sobre el río, que se llama Quebrada Grande. Jairo llevó a Socorro y yo llevé a una china llamada Alba Fuentes Centeno. Nos bañamos allá, luego fuimos a almorzar, pero a mí la que me gustó fue Socorro. Ella es el mejor negocio que he hecho en mi vida porque sin ella yo no tendría lo que tengo hoy”, fueron las palabras con las que Rodolfo Hernández recordó el inicio de su amor con la empresaria Oliveros.

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