En el 2020 se aprobó la Ley 2055 que adoptaba la Convención Interamericana de los derechos humanos de las personas mayores, aprobada en Washington el 15 de junio de 2015, con bombos y platillos el Canciller Álvaro Leyva mojo prensa “El pasado 1 3 de septiembre, en el Palacio de San Carlos de Bogotá (Colombia), el Ministro de Relaciones Exteriores y Paz, Álvaro Leyva Durán, acompañado por representantes del gobierno y de la sociedad civil, firmó el instrumento de adhesión a la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos de las Personas Mayores, adoptada en Washington el 15 de junio de 2015 en el seno Organización de los Estados Americanos (OEA) y aprobada en Colombia a través de la Ley 2055 de 2020. Con la adhesión de Colombia falta sólo una adhesión o ratificación más para lograr la efectiva implementación de este instrumento jurídicamente vinculante, el primero específico a nivel internacional.
Con este paso fundamental, Colombia asume un capítulo histórico para el país que también se escribe en la región de las Américas. Fuentes oficiales aseguran que la «Convención enriquece la protección al adulto/a mayor consagrada en el artículo 46 de la Constitución Política, refuerza la apuesta que se ha venido realizando desde hace más de una década para garantizar el goce efectivo de los derechos y libertades fundamentales de las personas mayores, favorece la discusión internacional sobre las necesidades de las personas mayores y los retos que aún persisten en Colombia y en el mundo”.
Han pasado dos años y esta ley se ha convertido en un verdadero saludo a la bandera, las personas mayores continuamos viviendo sumidos en el olvido y solo promesas inundan los titulares de los principales periódicos, las personas mayores arropados en la pobreza y el Director de COLPENSIONES, haciendo de las suyas recogiendo futuros electores, bajo la promesa de los $ 223,000, la Ley de Reforma Pensional afrontando cientos de demandas, demandas que de prosperar beneficiaran a los Fondos Privados de Pensiones, que se resisten a perder semejante fuente de riqueza, billones de pesos de las personas mayores, rentándole a las ricas familias colombianas.
La Ley 2055 de 2020 sigue sin tener una reglamentación, los puestos que dicha Convención creaba a partir del décimo socio, un puesto para un experto, cargo que fue ocupado por una elegante y joven dama para darse una rica estadía en los Estados Unidos, trabajando por una causa que no conoce, la de las personas mayores, es como en representación de las juventudes colombianas colocaran a una persona de 80 años, eso es nuestra querida Colombia, este es el gobierno del cambio, cambiaron la experiencia de la persona mayor por la belleza, que irradia la juventud de una hermosa mujer bien recomendada.
El artículo 86 de la Ley 2381 de 2024, dice que todas las demandas que estaban en los tribunales y que fueron interpuestas después de cinco años de firmado el acto administrativo que reconocía la pensión, operaría la caducidad a partir de la vigencia de la presente Ley, la cual fue sancionada el 16 de julio del presente año, pero en los estrados judiciales, no han escuchado el clamor de miles de personas mayores que llevan décadas bajo la tortura sicológica de una demanda, que los dejaría en la miseria pues a los ochenta años ya no se encuentra trabajo que mitigue la perdida o la reducción de una pobre pensión, pueda ser que la bulla la orquesta del pasado miércoles en la plaza de Bolívar y el fuerte discurso del Presidente Petro, le lleguen a los estrados judiciales y pronto empiecen a descongestionar sus oficinas judiciales, produciendo la caducidad a las demandas que ya tienen moho cucarachas y mucho polvo, producto de los largos años durmiendo en los lujosos estrados judiciales, señores operadores de la justicia, supongan por una vez en su vida que esos miles de ancianos que ustedes tienen en sus manos, fuera su papacito o su madrecita, sufriendo porque lo único que tienen, una pensión, usted se la quitará, por un momento abandone los códigos y aplique esta convención Interamericana que protege a las personas mayores que hoy claman porque se les respeten sus derechos a una vejez digna.