Desde que la banda presidencial aterrizó -inadvertida, inopinadamente- en el pecho del envanecido, soberbio presidente Petro -el ‘insustituible’-, el país anda manga por hombro, en un calamitoso, grotesco estado de suspenso, de zozobra -sin parangón-; bufonesco, melodrama que Netflix -empresa de entretenimiento mediático- estuviera encantada de tenerla en su parrilla; especialmente los tres últimos culebrones: el de los pasaportes, el astronómico saqueo a la UNGRD y el ‘enigma Benedetti’, que ya cobraron las cabezas de los ministros de Relaciones Exteriores, de Hacienda (Álvaro Leyva y Ricardo Bonilla respectivamente) y el tercero, en capilla de ser enguacalado por la CSJ, imputado por tráfico de influencias.

Inagotables bombas noticiosas que tienen en ascuas a la opinión decente del país, inmersa en un ‘surmenage’; compleja, sistémica enfermedad -aún no del todo conocida-, referida a un trastorno cognitivo y/o psicosomático, cuya sintomatología pienso, sin plena certeza sufre el desenfrenado, desvergonzado, delirante, enajenado Armando Benedetti.

Evidenciado luego del afrentoso, desafiante, inesperado, infamante, vejatorio nombramiento del susodicho, mendaz roedor, como asesor político del presidente Petro, nombramiento hecho a pesar de la conocida catadura moral, del robusto prontuario que lo aquejan; alcohólico, narcodependiente confeso -a confesión de parte, relevo de prueba-, lo cual provocó un inesperado, sorpresivo terremoto que gatilló la crisis moral, política que, al adicionarse el conocimiento de los secretos de campaña, propalados por el muy bellaco malandro, provocaron el que el presidente esté hoy ‘rehén’ de su silencio.

Calculado chantaje soportado por el explosivo audio contentivo del pedregoso, tóxico, verdulero monólogo del precitado felón con Laura Sarabia -mano derecha del presidente-, utilizada por Benedetti para acosar, amenazar, intimar, traicionar al parigual ‘amigo’, aún, mediante el ‘recoderis’ de las ‘jugaditas’ -non sanctas- de la campaña; indisimulada extorsión que surtió su efecto, al obligar al presidente Petro a satisfacer los caprichos burocráticos requeridos por su timador, lo que motivó el lapidario editorial de El Espectador que le enrostró: “con Benedetti el Gobierno pierde estatura moral”.

Decisión entendida -por sobre todo- como el afán, la necesidad de cerrarle el ‘pico’ al infidente; encriptar, cautelar, encubrir -como medida de supervivencia- sus desafueros, lo que trae a mí memoria la máxima sobre la guerra de Winston Churchill, la cual, parodiándola, queda: “El que se humilla para evitar que develen sus secretos, tendrá la humillación y la develación”, que más temprano que tarde hará, previsiblemente, el muy cobarde, impresentable, insufrible forajido, blindado por Petro, que se presenta hoy, como un hombre nuevo, rehabilitado, buscando una compasiva, piadosa segunda oportunidad sobre la tierra.

Máxima que cierra el final del 12.º párrafo del discurso pronunciado por nuestro Nobel García Márquez, titulado: ‘La soledad de América Latina’, en la ceremonia de entrega (en Estocolmo-Suecia, el 8 de diciembre de 1982) del premio en que expresó: “…donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra”.

Nombramiento y/o “pacto de la infamia”, que hace parte del circense ‘CAMBIO’ prometido por el narciso en cuestión que remozó los mismos vicios que como legislador combatió, denunció y en el mandato en curso elevó a su ’máxima potencia’, induciendo el inédito amago de rebelión de los ministros petristas purasangre -rebautizados por la Sarabia como kínder): Gustavo Bolívar, Alexander López, Gloria Inés Ramírez, Daniel Rojas, Andrés Camacho, Iván Velásquez, Francia Márquez, Luz María Múnera y los influyentes senadores, Iván Cepeda y María José Pizarro; que cuestionaron el tener que compartir su labor, con el asquiento, estrambótico, satánico chisgarabís, quintaesencia de la corrupción; delincuente serial que llega a tratar de influenciar, manipular, desde la cúpula del poder, las decisiones judiciales que le esperan, por los latrocinios y timos (Fonade-violencia intrafamiliar) que lo acosan.

‘Insurrección’, tormenta aplacada según la elocuente “cantinflada” del inepto, sesgado mamporrero petrista, Gustavo Bolívar: …quien, arrodillado, con la cabeza gacha, sin mirar al amo a los ojos, lo inquirió -a nombre de los rebeldes- en calidad de qué llegaba Benedetti, respondiéndole: como enlace en el Congreso. Directo al mentón del desairado, desconcertado, opacado ministro del Interior; ‘commodity’ que a desgano deberá compartir su tarea en el Congreso con el incómodo, sombrío malandrín.

Tras la sofística, argüida incompetencia del JNE para investigar al presidente Petro -traída de los cabellos-, este intenta rehuir los cargos elevados a la campaña, como al representante legal y por extensión al candidato, por exceder los topes de gastos, poniendo consecuentemente en entredicho su legitimidad.

Espeluznante, ruidosa crisis moral, ‘juego de tronos’; desconocimiento del Estado de Derecho; de la ley que hunden a Gustavo Petro -la perversidad absoluta hecha gobierno-. ‘Constreñimiento’ que los resignados lectores podrán evidenciar en el esclarecedor soliloquio telefónico, entre el pusilánime, repudiable, repugnante, zafio rufián y Laura Sarabia, que transcribo a continuación:

“Si el presidente no entiende lo que va a pasar, entonces entiéndelo tú. Esa frasecita de que es que no depende de ti, sino del presidente, es la frase más tonta que he escuchado en política. Esa maricada no me la vayas a aplicar a mí. Me siento peor que el viernes pasado, no es amenaza, pero tú me conoces. TÚ SABES QUE SI YO HABLO NOS HUNDIMOS TODOS, NOS VAMOS PRESOS, ACABAMOS TODO EL HIJUEPUTA GOBIERNO EN LA CÁRCEL. Ya me estoy emputando. Como me estés mamando gallo, vamos a ver qué pasa. No respondo, y nos jodemos todos. Necesito una hijueputa solución. Quieres que diga: ¿Quién puso la plata para la campaña? Tú sabes que los que pusieron la plata NO eran ningunos empresarios. Prepárense porque yo en cualquier momento reclamo mi espacio político y no lo voy a perder. Si quieres tomarlo como una amenaza, es una amenaza. Porque ustedes ayer me maltrataron y eso no se le hace a Benedetti (…) Tú no vales verga, tú de dónde sacas eso. Con tanta mierda que yo sé. ¿Tú crees que a Osama Bin Laden, cuando tumbó las Torres Gemelas, le importaba una mondá su imagen y si lo iban a matar o no lo iban a matar? A él no le importaba eso y tumbó las torres gemelas”.

Deja un comentario

Please enter your comment!
Please enter your name here